Serenos, crieurs de nuit a Santiago (Chili) - Serenos, pregones de noche en Santiago (Chile) - Colección de Pinturas de Banco Central de Chile
Exploración de Obra
Serenos, crieurs de nuit a Santiago (Chili) - Serenos, pregones de noche en Santiago (Chile)
En su visita a Santiago, la expedición del Baron de Bougainville, se detuvo algunos días antes de continuar su viaje a Mendoza. Era el mes de enero de 1826, y uno de los detalles en que reparo Bougainville en los denominados pregoneros de la noche o más bien conocidos como los serenos.
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1837
Óleo sobre tela
18,8 x 26,7 cm
En su visita a Santiago, la expedición del Baron de Bougainville, se detuvo algunos días antes de continuar su viaje a Mendoza. Era el mes de enero de 1826, y uno de los detalles en que reparo Bougainville en los denominados pregoneros de la noche o más bien conocidos como los serenos. Estos corresponden a corresponde a una tradición hispánica, originada en el Madrid de mediados del siglo XVIII, donde se creó un cuerpo de los llamados alcaldes de corte y sus alguaciles, que debían mantener orden por la noches, debido a que la ciudad carecía de total alumbrado público o que parte de ella requería su encendido manual a determinada hora. Además realizaban rondas nocturnas a fin de evitar robos u otros desmanes. Esta fórmula de resguardar el orden se implementó en los dominios hispánicos en América. En el caso chileno, desde fines del siglo XVIII se instaló, en especial en Santiago este servicio de serenos.
Fue el gobernador Tomás Álvarez de Acevedo, quien ordenó por decreto 5 de septiembre de 1780, que se organizará un grupo de vigilancia nocturna para vigilar el centro de Santiago, cuyos habitantes comenzaron a llamar serenos.
En un oficio de la Junta de Gobierno al Cabildo de Santiago de 1812, se le solicitaba extender el alumbrado de las calles a través de este servicio de serenos. Bougainville describió a los serenos santiaguinos de la siguiente forma: Un uso importante, como otras costumbres en España en Chile, es el mantenimiento de pregoneros en las ciudades. Estas personas salen a las calles, después de las siete u ocho de la tarde hasta el día, cubiertas con un poncho, armadas con una pica y un sable, anunciando la hora que acaba de sonar y la hora. que lo hace, modulando su voz de manera singular. Completaba su relato dando cuenta que el saludo que identificaba a este cuerpo en Santiago era el Ave María Purísima, y en Valparaíso, lo mismo, pero se le agregaba un Viva Chile.
Precisamente son las descripciones que recogió Edmond Bigot de la Touanne en sus dibujos y después fue trabajado litográficamente León Jean Baptista Sabatier, con las figuras humanas realizadas por Víctor Jean Adam, finalmente impreso en París en Benard y Frey.