Angelmó 1 - Colección de Pinturas de Banco Central de Chile
Exploración de Obra
Angelmó 1
Arturo Pacheco Altamirano realizó sus primeros recorridos por el sur de Chile, más allá de su ciudad natal, Chillán, a fines de la década de 1920. Pero fue luego que se trasladó a vivir por un tiempo a Valdivia cuando tuvo la posibilidad de conocer Puerto Montt y su bahía de Angelmó, frente a la Isla Tenglo. Esto sucedió en 1926. Hoy en día, es una zona turística y desde hace décadas es el lugar de embarque hacia el sur de Chile.
Saber másAngelmó 1
1935
Óleo sobre tela
69,5 x 60 cm
Arturo Pacheco Altamirano realizó sus primeros recorridos por el sur de Chile, más allá de su ciudad natal, Chillán, a fines de la década de 1920. Pero fue luego que se trasladó a vivir por un tiempo a Valdivia cuando tuvo la posibilidad de conocer Puerto Montt y su bahía de Angelmó, frente a la Isla Tenglo. Esto sucedió en 1926. Hoy en día, es una zona turística y desde hace décadas es el lugar de embarque hacia el sur de Chile. A este artista le atrajeron la atención sus escenas marinas con sus barcos con velas izadas, el movimiento pesquero y el ajetreo de su puerto, convirtiéndose cada uno de estos en sus temas más reconocidos y los protagonistas de su quehacer plástico.
En esta tela, Pacheco Altamirano definió un punto de vista frontal para la composición, de modo que le permitiera captar toda la caleta. En un primerísimo plano se ubica la poza para luego ubicar los distintos tipos de navíos: botes, barcos de mayor calado y goletas de Chiloé, también conocidas como lanchas chilotas, con sus característicos mástiles y aparejos que soportan grandes velámenes. Se aprecia en el fondo la ciudad de Puerto Montt. Las tranquilas aguas fueron pintadas con gruesos pinceladas y luces cambiantes, cuyos colores contrastan con las embarcaciones ancladas y ubicadas en el plano medio.
Fue un pintor incansable, no sólo por el gran número de lienzos que retrataron Angelmó y su entorno, sino por la energía física y anímica para dedicarse a la actividad de pintor. Se concentraba por largas horas, ocho o más al día, que hacía en solitario porque, él mismo decía, requería de tranquilidad para captar sus motivos. Pero no fue una persona retraída. Compartió asimismo muchas horas con otros pintores e intelectuales de su época, participando junto a ellos de una activa y rica vida cultural, lo que también hizo en el extranjero como agregado cultural en dos oportunidades.
Esta versión de Angelmó participó en una selección de la pinacoteca del Banco Central de Chile, que se realizó el año 2008 en el Palacio Carrasco, en Viña del Mar, cuya curatoría estuvo a cargo del historiador Jorge Salomó.