La tenista - Colección de Pinturas de Banco Central de Chile
Exploración de Obra
La tenista
Este artista estructuraba los retratos individuales usualmente con una vista frontal. Para los segundos planos, usualmente se decidía por un tapiz mural floral o lleno de arabescos como se puede apreciar a espaldas de La tenista. Esta es una solución plástica que había visto en el pintor fauvista Henri Matisse (1869-1954). Herrera Guevara tenía especial admiración por este creador francés, cuyas composiciones carecen de perspectiva y ofrecen colores intensos, con los contornos de las figuras trazadas con gruesas líneas oscuras.
Saber másLa tenista
1931
Óleo sobre tela
88 x 70 cm
Este artista estructuraba los retratos individuales usualmente con una vista frontal. Para los segundos planos, usualmente se decidía por un tapiz mural floral o lleno de arabescos como se puede apreciar a espaldas de La tenista. Esta es una solución plástica que había visto en el pintor fauvista Henri Matisse (1869-1954). Herrera Guevara tenía especial admiración por este creador francés, cuyas composiciones carecen de perspectiva y ofrecen colores intensos, con los contornos de las figuras trazadas con gruesas líneas oscuras. Si bien el pintor chileno se interesó en la obra de Matisse, la historiografía local ha identificado su quehacer pictórico clasificándolo como un “arte instintivo”, espontáneo, pero no por eso ingenuo, porque son artistas que se preocupan de reflexionar en torno a su quehacer plástico. Es un arte que es realizado por artistas autodidactas, que no asistieron a la Escuela de Bellas Artes. Esta era la única institución a nivel profesional de esos años y que hacía que estos creadores quedaran fuera del sistema del arte chileno, fuera de la crítica especializada y de los circuitos de exposición. Lo anterior también se puede apreciar en Las tres gracias o paseo en bote, pintura realizada, al igual que la anterior, durante sus primeros años en que se dedicó por completo al arte. su título evoca a las diosas de la mitología griega, hijas de Zeus y la ninfa Eurinome, trasladadas aquí a la época de Herrera. Con vestidos fueron trabajados a la manera de bloques de color armónicos, pero también son complementarios, diferenciados cada uno por medio de ornamentos en roleos, una trama puntillista o un diseño de flores. A su vez, los gruesos trazos negros, bien definidos acentúa la bidimensionalidad de estos lienzos.
Herrera Guevara solía firmar de distintas formas sus creaciones. Con su nombre de pila y apellido paterno, como sucede en estas dos obras, o en otras oportunidades empleaba solo la inicial de su nombre y al final de la rúbrica de su apellido del padre, agregaba la primera letra del de su madre. Ambas telas fueron realizadas en los inicios de su carrera como pintor. En ese periodo realizó un viaje a Europa –Roma, el Vaticano, París, Lisboa, Madrid, y exponiendo en 1930 en Barcelona. De regreso en Chile, Luego fue invitado a participar a una exposición colectiva, la que llevó por nombre “Primer Salón Libre de Valparaíso”, realizada precisamente en una sala en este puerto, donde se le otorgó un tercer premio. La tela La tenista, un retrato de la deportista chilena Anita Lizana (1915-1994), quien en 1937 fue considerada la mejor tenista femenina individual del mundo, por ganar una serie de campeonatos internacionales, integró la colección del pintor Sergio Montecino (1916-1997), Premio Nacional de Arte 1993. Posteriormente, se la encuentra en la pinacoteca del poeta Álvaro de Silva –cuyo nombre de nacimiento era Álvaro Hinojosa-, junto a Las tres gracias o paseo en bote, ingresando en la década de 1970 a la pinacoteca del Banco Central. La Tenista fue expuesta el año 1958 en el Instituto Chileno Británico de Cultura, en Santiago, en una muestra organizada por el Instituto de Extensión de Artes Plásticas de la Universidad de Chile. Posteriormente, estas dos telas participaron en una muestra en la Sala de Arte Fundación Telefónica, en Santiago, desde fines del año 2004 a enero del año siguiente, cuya curatoría integró a este artista junto a Fortunato San Martín (1891-1963), creador contemporáneo de Herrera Guevara, quienes cultivaron una estética similar.
BIBLIOGRAFIA
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S/A: Instituto Extensión de Artes Plásticas de la Universidad de Chile, en Instituto Cultural Chileno-Británico de Cultura, Revista Zig-Zag, Santiago de Chile, 26/12/1958.
S/A: El Banco Central: La Pinacoteca, en diario El Mercurio, Santiago de chile, 21/8/1975, s/p.
S/A: Dos pintores ingenuos, Sala de Arte Fundación Telefónica, Santiago de Chile, 2004.
VV.AA.: Pintura institiva chilena, Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago de Chile, 1972.
EXPOSICIONES
1958 Instituto Chileno Británico de Cultura, Santiago de Chile.
2004 a 2005 (noviembre a enero) Dos pintores ingenuos, Fundación Telefónica, Santiago de Chile.
PROCEDENCIA
Al menos hasta 1958 Propiedad Sr. Sergio Montecino (Romera, 1958).
19 de enero de 1972 Se acuerda adquirir 20 cuadros de la colección del pintor chileno Luis Herrera Guevara, de propiedad del señor Álvaro de Silva, ciudadano chileno que residía en Nueva York. (Información Banco Central de Chile).